En febrero de 1999 empezaron las conversaciones con el artesano José Antonio Martínez de Horche (Guadalajara) para hacer un retablo en la capilla. El anterior retablo, de poco valor, se montó tras la guerra civil en la antigua capilla sacramental donde se alojó la imagen de la Virgen al destruirse la ermita del viejo cementerio donde se alojaba. En esa ermita, al igual que este primer retablo, la imagen tení a sus pies un Cristo Yacente. En 1990 este retablo se retiró por su mal estado y en su lugar se hizo una sencilla construcción de escayola con un arco sujeto por cuatro columnas etruscas. Una vez saneada económicamente la Congregación se afrontó el problema del retablo y se acordó la construcción de uno nuevo. Este retablo se instaló en mayo de 2001, siendo bendecido el día 8 de julio de ese año, junto con la nueva sede. Es de estilo barroco, en madera dorada, con dos grandes columnas salomónicas y tres hornacinas, la central para la Virgen, a su derecha San Isidro Labrador y a su izquierda, San Sebastián. Dos santos de larga tradición en el pueblo. Coronan el retablo un Ave María y un escudo de Pozuelo de Alarcón.
